Fortaleza inca
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El paso del tiempo
Zona intangible

La fortaleza inca que necesita ser revalorada

MUROS IMPONENTES. Incahuasi fue el lugar donde se refugiaron las fuerzas militares del imperio del Tahuantinsuyo que conquistaron a los pueblos asentados en los valles costeros. (Foto: Mariano Rosales)

Se encuentra en Cañete y está abandonado a su suerte. Se trata del complejo de Incahuasi, que fue construido por el inca Pachacútec. Su protección ahora depende de las autoridades

 

Cañete. Camino al valle de Lunahuaná -antiguo reino de los runahuanac- se ubica, abandonado literalmente a su suerte, el complejo arqueológico de Incahuasi (casa del inca), asentamiento pétreo mandado a construir, según los cronistas hispanos, por Pachacútec, uno de los monarcas incas que más influyeron en el desarrollo y crecimiento del Tahuantinsuyo.

El inca fijó aquí estratégicamente su centro militar, político y administrativo para dirigir los planes expansionistas y de dominio de los diferentes curacazgos que se desarrollaban en los fecundos valles de Cañete, Chincha y zonas aledañas.

"Esta fortaleza, a la altura del kilómetro 30 de la vía Cañete-Lunahuaná, era de uso temporal y recibía a las fuerzas militares incas procedentes del Cusco que lograron dominar y someter a una decena de reinos que poblaban estos valles y que sufrieron la embestida de la invasión inca", relata el estudioso cañetano Luciano Correa Pereyra.

"Estas campañas militares lindaron casi con el exterminio de estos pueblos rebeldes y con el traslado de grandes núcleos humanos a lugares alejados. Luego fueron reemplazadas por gente proveniente principalmente de los reinos aymara y mochica, en aplicación a la política de pacificación de las zonas conquistadas que diseñaron los estrategas del imperio", anota.

"Las características de esta ciudadela guardan similitud con la idea y desarrollo urbano que aplicaban los arquitectos y urbanistas cusqueños. El material utilizado -refiere Correa Pereira- fueron las piedras o lajas extraídas de los canchales (loma de los contrafuertes andinos), que eran milimétricamente unidas con barro y guano de animales con los que edificaron los muros".

"Incahuasi contaba con instalaciones para la permanencia, mantenimiento y desplazamiento de importantes contingentes militares y civiles, así como de viviendas o palacetes destinados al inca e importantes dignatarios. Los aposentos de estos personajes se hallan en la parte más alta de la fortaleza, coronada por una muralla de piedra de cinco metros de alto, que protegía toda la edificación de las lluvias, deslizamientos e inclusive terremotos", precisa Correa.

"El complejo -explica- tiene además una plaza ceremonial donde se concentraban los servidores de la ciudadela en festividades religiosas o cívicas".

Sobre la meseta que se forma al pie de la quebrada San Agustín, que conduce a Topara (Chincha), los constructores incas respetaron los accidentes geográficos. Además construyeron en el centro muros de contención que, lamentablemente, han sido destruidos por un grupo de ganaderos de la zona, quienes invadieron y derruyeron los vestigios del área intangible y han improvisado vetustos corralones donde crían reses, cabras y caballos.

No se ha determinado su zona intangible

El paso del tiempo también la destruye

JOSÉ ROSALES VARGAS

 

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